Tuesday, May 20, 2008

GRANDES INVENTOS DE LA HUMANIDAD 3. EL CINEMATÓGRAFO


Hace ya algo más de un siglo, dos hermanos franceses tuvieron la extraña idea de que si repetían una imagen estática 24 veces por segundo, el ojo humano la percibiría como por arte de magia como una imagen en movimiento. A partir de esta idea, tan extraña como genial, nació un medio de comunicación de masas, el más influyente del siglo XX y un arte al que se le daría la séptima posición. Desde entonces hordas de personas acuden a una sala oscura a mirar una gran lona blanca sobre la que se proyectan estas imágenes en supuesto movimiento. Lo cual parece cosa de locos, una alquimia construida con celuloide y luz. La capacidad que tienen estas imágenes para hechizarnos, para hipnotizarnos como sólo lo hace un fuego de campamento tras la cena, es todavía un misterio. Y es ese misterio el que mantiene vivo el invento del cine, todavía en la época del You Tube, el Emule y el Top Manta. Porque acudir a una sala de cine es una experiencia única, como acudir a un templo, una experiencia compartida en una especie de comunión entre los asistentes en la que las imágenes van directamente a la corteza de nuestro cerebro. El lenguaje del cine tiene que ver con el subconsciente, con la locura y con el sueño (sólo hay que fijarse en las caras de los espectadores), nos traslada a lugares lejanos y nos hace conocer modos de vida alejados del nuestro. Tiene algo que conecta con el sistema reptiliano de nuestro cerebro, que rige nuestras emociones, y es que, como dijo Sam Fuller en "Pierrot el Loco" el cine es, fundamentalmente, "emoción". Y de eso no se escapa nadie.


PD: Se que tal vez sea una batalla perdida de antemano, pero desde aquí os animo a que sigáis acudiendo a las salas. Al salir lo agradeceréis.

7 comments:

Hastur said...

Hola hermano! Hay que ver que no has dicho nada de mi perla poetica. En cuanto a tu adorado cinema, estoy de acuerdo contigo, es una guerra perdida. Y no se si la Televisión ha sido más importante que el cine, supongo que la era del cine dejó su plaza a la tele. Ciertamente, me da nostalgia pensar en la inocencia y sorpresa con que las generaciones anteriores a la nuestra iban al cine, unica pantalla que conocian, donde grandes aventuras sucedían. La tele "banalizó" esas sensaciones y emociones para la mayoria. Una pena.

Helena said...
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Helena said...

Tu disertación sobre el gran invento del séptimo arte me ha encantado...pero me sorprende que no hayas ¡ni mencionado! el gran poder narcotizante de las palomitas, tan ricas y saladitas y...los inolvidables besos en los asientos de la última fila...sin eso...el cine...tampoco es arte.

guillermix said...

Es cierto y lamentable por mi parte que cada vez voy menos al cine en estos tiempos multimedia que vivimos, pero también lo es que cuando lo hago sigo sintiendo ese algo mágico, esa extraña comunión, que ni el mejor de los home cinema puede siquiera acercarse a transmitir.

Gracias, me han entrado ganas de ir al cine...

Hastur said...

Tengo que lamentar públicamente el no haberme dado nunca el lote en un cine... supongo que el tener playa en Cádiz y el precio de las entradas se aliaban para evitarlo....

Soulkeep said...

Yo personalmente sólo recuerdo haberme dado el lote viendo la penosa "Relámpago Jack", con el efímero héroe de acción Paul Hogan. Entiéndase que no me dí el lote con él, sino con Rosario, también efímera novieta de mi más tierna pubertad. Eso si, en mi infancia he hecho otras cosas en los cines, básicamente liarla, lanzamiento de objetos a la pantalla o a otros espectadores, pelearme con un amigo a piñas en "Sin perdón", colarme en la sala de proyección en "Batman". Viendo "Pretty woman" me tiraron los zapatos a la primera fila. ¡Que divertido era el cine en los 80! ¡Y que odioso tenía que resultar yo para los otros espectadores!

Hastur said...

Si, tengo cierta conciencia de que solías ir al cine a liarla, dar por culo, etc. Creo que me contaste que en el cine Imperial te colaste por detras de la pantall.... Creo que nunca hice esas cosas en el cine, para alivio de espectadores y quizas para mi "desgracia". Eso si, a ponerme cerdo de palomitas y chocolates, no me gana nadie.