Hace unos cuantos años, me sorprendió una frase que leí en una revista de cine, lo cual no es sorprendente (no que me sorprendiera, sino que yo leyera una revista de cine). Creo que me he liado un poco, pero bueno, la frase era de Joe Pesci y hacía referencia al rodaje de "JFK", dirigida por Oliver Stone. Era así de contundente: "Oliver Stone es un genio como director y un hijo de puta como persona". Siempre me intrigó y me llevó varias preguntas: ¿Hace falta ser un hijo de puta para ser bueno? ¿Son todos los grandes artistas insoportables como personas? ¿Es sólo aplicable al mundo del cine? ¿Es una condición "sine qua non"? Esta claro que como director que esta al frente de un equipo de tal vez un centenar de personas hay que tener buenas dotes de liderazgo, las cosas claras y ser enérgico, pero...¿Hace falta ser mala persona? Muchas son las historias de directores que han manipulado, por decirlo de una forma delicada, a sus estrellas para conseguir lo que querían. ¿Porqué pensamos que cuando nos gusta un artista nos tiene que caer bien como persona? Por ejemplo, mucha gente ha rechazado a Michael Jackson, a raiz de su su supuesta pederastia, pero ninguna de sus canciones ha dejado de ser buena desde entonces. No creo que a muchas personas les gustara relacionarse con un tipo inestable que se automutila (Van Gogh), con un misógino arrogante más bien rijoso (Hitchcock) o con un tristón con tendencia al suicidio (Goethe), por poner algunos ejemplos. Sin embargo nadie quiere privarse de un sólo plano magistral de la magistral "Vértigo", ni dejar de ver los geniales azules de la "Noche estrellada" de Van Gogh (ver arriba) o el "Werther" de Goethe. Claro que esto nos lleva a otro concepto, el de la locura...¿Realmente hace falta estar loco y atormentado para ser un genio? ¿Es que nuestra sociedad no concibe una genialidad sin sufrimiento? ¿A qué viene esa frase de que un escritor sólo escribe cuando lo pasa mal? ¿Es imposible llegar a la categoría de genio si se es feliz y más o menos equilibrado? En fin, demasiadas preguntas, lo sé, pero es que yo soy así...escribo para intentar entender las cosas y aunque no siempre resulte, me da cierta calma.
3 comments:
Ummmmm, interesante cuestión. En cierta medida, si que creo que algo debe andar agitado en el espiritu para que aparezca el arte. Eso no impide ser feliz, pero creo que el sufrimiento, la locura, el "rarismo" hacen más extremas las expresiones artisticas, que no son mas que representaciones del "alma" humana. Pero no sólo del arte se puede decir eso. Existe una frase de nosequien que decía: "Feliz el pueblo que no tiene historia", porque al fin y al cabo, la felicidad, la ausencia de problemas, no es "remarcable", sólo agradable de vivir. De hecho, fijate como, al margen del sufrimiento personal, las epocas de guerras, crisis, epidemias, suelen propiciar grandes explosiones del arte. De todas formas, prefiero ser un feliz anonimo que ir con una sola oreja por la vida y que mis cuadros valgan una pasta (cuando me muera, claro) y ser profundamente infeliz.
Estoy deacuerdo.....prefiero ser feliz, el otro lado no me parece mejor, y conozco algo........pero....qué hay del arte que habla del éxtasis de la felicidad, quiero decir, que ser profundamente feliz seguramente pueda ser expresado a traves de algún lenguaje artístico y producir sensaciones (entre ellas seguramente cierta envidia también ;P).....eso no gusta? no da morbo a lo mejor....?...y aparte, si puede ser cierto que la fgelicidad se identifique con la ausencia de problemas pero.....qué hay de la felicidad que supone solucionar un problema?¿qué hay de los retos a los que denominamos prematuramente "problemas"? y son más bien desafíos....dentro de la felicidad hay, de nuevo, muchos matices.....
Lo que dices Marina, es muy cierto. A veces identificamos la felicidad con una especie de estado narcotizado e irreal, una especie de ausencia de "problemas" o "retos" como tu bien los renombras, que poco tiene que ver con la relidad. Y es cierto que dentro de la felicidad hay muchos matices; probablemente la tristeza es uno de esos matices. Y es genial eso de la felicidad que produce solucionar un "problema" o superar un reto. Lo otro no es vivir. Aplausos para tí, Marina.
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