Lunes 2 de Junio de 2008. 12:30 de la mañana. La playa de Cádiz comienza a vestirse de verano. Hace un día estupendo, con el cielo claro y la atmósfera limpia. Pero al ser día laborable, no hay mucha gente: corredores, unos cuantos turistas adelantados y algún que otro chaval escaqueado del colegio. Los operarios empiezan a instalar casetas y otro mobiliario. Este hombre, unos sesenta y tantos, pecho lobo, cadena de oro al cuello, duerme una plácida siesta mañanera, también conocida como la siesta del cordero, mientras el sol tuesta su piel. Tal vez no había podido dormir por la noche, encontrando sólo la placidez necesaria tumbado en la arena, abandonado al sueño. Puede que ya estuviera jubilado y aunque al principio no supiera que hacer con tanto tiempo libre, un día decidió que pasear por la playa todas las mañanas podía ser una buena idea. O puede que se hubiera marchado de casa para quitarse de enmedio, visto que el panorama doméstico no era muy halagueño. Por la postura casi parece un naúfrago arrastrado por la corriente y depositado en la arena como un fardo, con las piernas desmadejadas. Pero daba una envidiable sensación de paz, como cuando ves dormir a un bebé y recuerdas lo puro y revitalizador que era ese sueño. Claro que todo esto sólo son suposiciones.
IMG_7955
15 years ago
1 comment:
aggg, agggg, el chungomono-envidiademierda que me ha entrado al ver esa peaso de playita un dia como hoy, lunes, el mejor dia de la semana.... para nadie. Supongo que como seres estupidos que somos, unos meses en ese plan y estaria loco por tener algo que hacer. Que confuso, primero lo pasas fatal para adaptarte a ser adulto, madrugar, currar, pagar facturas y demas. Y cuando te jubilas, echas de menos el trabajo, los horarios y todo eso....
Post a Comment