He aquí dos miradas cruzadas sobre el Oceano Atlántico. La de mi hermano y una mujer de Asilah. (Mi hermano es el de la coleta) Eran las 10 de la mañana y hacía un día claro y fresco. Estamos en el paseo marítimo del pueblo, rodeado de murallas y tranquilidad; no se oyen coches, ni teléfonos móviles, ni tampoco a Jimenez Losantos o Rajoy. Desde allí todo eso parece absurdo e inútil, parece que la vida es más sencilla...
1 comment:
Hermosa estampa que refleja perfectamente lo que comentas, que el "tempo" del tiempo es más mental y social que real. Pese al tumulto de turistas hispanos, en Asilah el tiempo era un bloque de arcilla de cuando eramos escolares, que te permitia hacer todo lo que quisieras con el. Otra cosa era, y es, saber hacerlo....
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